Isabel de Solís, fue una esclava cristiana que se convirtió en la segunda consorte del emir del Reino Nazarí de Granada, Muley Hacen, en 1474, convirtiéndose al Islam con el nombre de Soraya ("lucero del alba"), pronunciado por los cristianos como Zurayda.
El emir conoció ya muy mayor a Isabel una vez hecha ésta prisionera cuando contaba 10-12 años junto a otros niños tras una incursión nazarí en Aguilar de la Frontera (Córdoba). En el reparto, Isabel fue incluida en el quinto que pertenecía a Muley-Hacen, entregándola éste a su hija con el cargo de barrer la cámara y ser su criada.
Cuenta la leyenda que pronto se enamoraron perdidamente. Avisadas las doncellas de la sultana Aixa de la pasión del sultán, apresaron a Isabel para darle un escarmiento y le dieron una paliza. Llegado a oídos del sultán tan lamentable suceso, decidió instalarla en su palacio de Daralcotola (actual convento de Santa Isabel la Real, en el Albaicín), colmándola de ropas y joyas tales que, contaban las crónicas, no habían tenido reina alguna en Granada... Poco después sobornaría a varios jueces para que legitimaran su matrimonio con Soraya, que pasaría a ser la nueva consorte y preferida. Se dice que el Castillo de Mondújar, fue uno de los regalos de bodas del sultán a su hermosa princesa.
A pesar de la manifiesta oposición, Muley Hacen continuó al lado de Soraya, concibiendo dos hijos, Sa´d y Nasr (posteriormente conocidos como los infantes Don Fernando y Don Juan de Granada), tratados como príncipes reales.
El entorno político y familiar consideró una afrenta esta unión con una esclava cristiana, tildándola de senil capricho. A los celos de la sultana Aixa, se unió la animadversión por este enlace de sus hijos (que quedaban relegados en la sucesión) y de los abencerrajes (una de las principales familias nobles del reino nazarí), que impulsarían la guerra civil que se desencadenaría poco después (1482 y 1489), protagonizada por un lado por Muley Hacen y su hermano Abdallah al Zagal, y, por el otro, su hijo Boabdil, apoyado por su hermano y los abencerrajes.
El sultán abdicaría en su hermano al Zagal, lo que provocaría un resentimiento aún más fuerte entre los partidarios de Aixa y Boabdil, avivando la guerra civil. Debido a la lucha por el poder, cuando Boabdil logró acceder al trono, Muley Hacen se vio obligado a trasladarse con Soraya y sus hijos hasta el Castillo de Mondújar, en el que viviría y en el que, según la tradición, murió, siendo enterrado en el cerro más alto de Sierra Nevada, el cual fue llamado Mulhacén en su nombre.
Tras la muerte de Muley Hacen, Soraya se acogió a la protección de su cuñado, quien le propuso matrimonio, aunque ella lo rechazó. Junto a sus hijos permanecerían en la Alhambra hasta la capitulación del Zagal en diciembre de 1489. Aunque su cuñado marcharía al exilio en Orán, ella restó en Granada, regresando a la fe cristiana y mantenida por la corona castellana. Se desconoce cómo y dónde murió Isabel, la sultana controvertida...
Referencias:
"Las sultanas de la Alhambra", de Bárbara Beloix Gallardo. ISBN: 978-84-9045-045-1
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